Arquitectura: no solo genera conductas.

La arquitectura conductual es aquella que genera que el usuario, al habitar un espacio, se comporte de cierta forma. Ejemplo: colocar una silla en una habitación con espera a que el usuario se siente. Le damos una función al sitio, en este caso colocar una silla para su descanso; el usuario interpreta el espacio, generando una respuesta en su conducta.

El conductismo nos habla del comportamiento humano observable, dejando de lado la conciencia, la mente humana. La reducción del pensamiento humano a: estímulo, respuesta y refuerzo (ya sea positivo o negativo), abarca muy poco el tema del pensar humano, por ende limita el diseño.

Tomar en cuenta las emociones y sus causantes, vista de forma subjetiva, y como los procesos mentales per se causan conductas. Para ello, hay que discernir los procesos cerebrales de los mentales, dejando que los procesos cerebrales llevan a cabo actividades cognitiva (procesos por los cuales captamos la realidad), y los procesos mentales, que generan la existencia de una conciencia, el conocimiento de su propio existir. Ergo la existencia de una mente autoconsciente.

La información transmitida por los diversos órganos sensoriales, se transmite al cerebro, de forma que si te quemas, tu cerebro en si, no sufre el proceso, pero a través de las terminaciones nerviosas que tenemos en la piel, transmite la información al cerebro, generando la sensación de dolor, a su vez genera una experiencia recaudada en la memoria, y una emoción, logrando una nueva conducta, que podrá presentarse en alguna experiencia parecida a futuro.

Por ende, la creencia de que al colocar una silla en un sitio, el usuario hará función de esta, reduce la capacidad de diseño, puesto no solo inmiscuye procesos de estímulo-respuesta, interfiere experiencias, percepciones, creencias, interpretaciones. Por ejemplo, qué tipo de experiencias a tenido el usuario con las sillas, el tipo de silla y la relación con las experiencias del usuario con ese tipo de silla, el tiempo en el que el usuario estará en el sitio y si requiere o no descanso, la forma en la que el usuario hace función de la silla, el motivo por el cual el usuario está en el sitio y como este genera una conducta per se; si es una sala de espera, en una entrevista de trabajo y la situación en sí genera nerviosismo, o si es una sala de espera de un hospital, y la situación genere en el usuario frustración, o si solo es la sala de una cafetería y el usuario solo este por placer.

En el sinfín de posibilidades del diseño, nuestra labor es generar el mayor número de probabilidades posibilitantes (o imposibilitados según el caso) para el usuario, donde tengamos a conciencia el poder de limitar o no la conducta humana, y tomar en cuenta el abrir el abanico de posibilidades del usuario; que tal si no es una silla, es un sofá, hamaca, si es una red suspendida con cojines persas. Y ver como el nicho de posibilidades logra acoplarse a un mayor número de usuarios, logrando la sensación de disfrute, mejorando la experiencia, y que su función se potencialice.